EFEMÉRIDES DE LA SEMANA








Significado de la Semana Santa 


VALOR DE LA SEMANA

    Muchas personas se limitan a decir que la fe radica en “creer en aquello que no se puede ver”, no obstante, la fe debe impartirse a los niños desde temprana edad en casa por sus padres, dentro de un ambiente familiar lleno de amor y respeto, valores importantes para su vida. Entonces, ¿cómo tener fe en algo?, o ¿Cómo tener fe en Dios?, presta atención que aquí aprenderás a tener fe y poder transmitirlo a sus hijos.

Definición de la palabra fe

                Según la biblia, la palabra fe se define como “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Por otro lado, la fe no es más que la creencia, seguridad, certeza y confianza plena que tiene una persona en relación con alguien o algo, la cual se puede manifestar sin tener las evidencias que demuestra la verdad de aquello en lo que se cree.

                Es importante tener en cuenta que la fe no se limita a creer, y la fe sin hechos es una fe muerta; por ende, si tú aspiras obtener algo y no haces todo lo posible por lograrlo, no tendrá ningún sentido que esperes a obtener ese algo sentado en casa, por el contrario, debes trabajar fuerte, tener perseverancia y luchar por lo que deseas.

Tipos

  • La fe salvadora: esta fe es la que Dios otorga a los hombres para que crean en Jesucristo como su salvador, el cual resucitará de nuevo y bajará a la tierra.
  • Fe como fruto: este tipo de fe se refiere a la fe que crece, que se fortalece y es sometida a prueba cada día para que una persona pueda lograr así hacer grandes cosas en la vida.
  • La fe dada como un don: este tipo de fe se diferencia del anterior, porque no se puede desarrollar ya que es otorgada por el Espíritu Santo como él quiere y en determinadas personas y circunstancias.

Cómo fomentar la fe en los niños

  • Ayudar al niño a dialogar con Dios de una manera sencilla y espontánea, animándole a hablarle con confianza de sus necesidades y deseos. También puedes enseñarle oraciones sencillas y presentarle la Biblia.
  • Cualquier ocasión es buena para agradecer, pero puedes aprovechar momentos del día como las comidas, la hora de despertarse y acostarse, el paso de una ambulancia o el paso por una iglesia para que el niño contacte conscientemente con Él y le hable
  • Introdúcele en las historias bíblicas. Hay muchos libros y recursos audiovisuales que pueden servirte de apoyo.
  • Haz de los domingos y festivos días especiales, con un explícito sentido espiritual y con encuentros familiares, comidas especiales, …
  • Responde con sencillez y claridad a sus preguntas sobre Dios, la trascendencia, la vida después de la muerte, etc.
  • Cuida las personas con las que se relacione.
  • Tu ejemplo sigue siendo esencial, y va formándose su conciencia. Sigue incidiendo en promover virtudes humanas y sociales.
  • Ofrécele, actividades culturales y artísticas, alguna manualidad relacionada con la fe,…
  • Ayúdale a vivir las virtudes, especialmente la caridad, la sinceridad, la laboriosidad y la reciedumbre.

La importancia de la escritura creativa para niños

                La escritura, junto a la lectura, son las dos armas más poderosas que podemos dar a los niños para cimentar las bases de su desarrollo cognitivo. A diferencia del aprendizaje de la comunicación verbal (lenguaje hablado), la lectoescritura es mucho más compleja, por la necesidad de adquirir y aprender a utilizar ciertos códigos del lenguaje escrito que requieren de un desarrollo intelectual. Por ello, la iniciación no suele darse hasta los cinco o seis años.

                En este primer acercamiento, los niños y niñas aprenderán a distinguir su nombre y comenzarán a escribirlo, junto a las diferentes letras, que se asocian a una forma y un sonido concreto. Poco a poco, se suceden las fases de copiado, dictado y, por último, de escritura espontánea. Antes de abordar la escritura creativa en los niños, se debe conocer las fases del aprendizaje con el fin de reconocer problemas en el desarrollo y la práctica de este. A partir de los ocho o nueve años las capacidades en la infancia son ya suficientes para empezar a impulsar el aprendizaje y la práctica de la escritura creativa.

                A partir de los nueve años, el niño entra en la edad perfecta para fomentar la escritura creativa. Por lo tanto, se debe estar atento si existe un interés visible por su parte, estudiar otras opciones fuera de la escuela. Su práctica mejorará los tiempos de aprendizaje de conceptos, su vocabulario y el conocimiento estructural del idioma. Por regla general, el gusto por la lectura irá asociado a todo lo anterior, convirtiéndose en el acercamiento progresivo de géneros literarios, temas y autores. Esta asociación también la podemos extender a la educación en valores, mostrando situaciones y realidades que nuestros hijos e hijas deben conocer y sacando partido a algunos de los ejercicios y actividades de escritura creativa para niños.

En un grupo o taller donde se practique la escritura creativa con niños, quienes lo organizan plantearán una enorme variedad de ejercicios de desarrollo de historias, como el circuito —también conocido como las frases encadenadas—, a través del que se formará una historia con sentido. Del mismo modo, hay muchísimos ejercicios grupales de escritura creativa: la redacción de textos en grupo tras elegir un número determinado de palabras o el collage, pero también ejercicios que puede empezar a practicar tu hijo o hija individualmente.

Actividades de escritura creativa para niños

#1. Acróstico: escribiremos una frase con sentido; seguidamente, cada una de las letras que inicia las palabras de esa frase será la letra con la que comenzará la frase siguiente. ¡Todo un reto!

#2. Escoge un final distinto: trabajaremos con una historia, un cuento o un relato que le guste a nuestro hijo o hija; le pediremos que cambie su final y que lo reescriba, imaginando qué habría sucedido si...

#3. Viajar a otro mundo: le preguntaremos cómo sería su mundo ideal y prepararemos una historia que lo describa. También podemos hacer este ejercicio de escritura creativa para niños con otros periodos de tiempo de la historia de la humanidad.

#4. Sugerir palabras: un ejercicio muy divertido de escritura creativa para niños es sugerirles algunas palabras sin relación aparente (perro, carpeta y horizonte, por ejemplo) y conseguir que imaginen y escriban una historia con las mismas.

#5. Temas de la vida diaria: aprenderán (y aprenderemos) mucho si dejamos que los niños vuelquen en la escritura sus experiencias vitales más cotidianas: describir su primer día de colegio, el sábado pasado, las vacaciones o su momento favorito de la semana…

#6. Practicar la escritura creativa con los niños al aire libre: dar un paseo por la playa, ir a caminar por el centro histórico de la ciudad o sentarnos en un parque y observar. Cualquier escritor tiene que aprender a observar a su alrededor antes de escribir: ¡una buena forma de practicar como los profesionales!

#7. Alargar oraciones: primero, vamos a escribir una historia de cinco líneas… ¡y después vamos a convertirla en una de diez! De este modo, a través de la escritura creativa el niño o niña mejorará su conciencia morfosintáctica y semántica y trabajará los detalles de la narración.

#8. ¡La caja mágica!: aunque suele tratarse de un ejercicio grupal, podemos preparar nuestra caja con palabras de distinta categoría sintáctica (nombres, verbos, adjetivos…) en su interior y dejar que el niño o la niña coja tres o cuatro; nosotros/as haremos lo mismo y cada persona tendrá que preparar dos frases distintas. Después, intentaremos unir las cuatro frases dándole sentido al texto. ¡Despertará mucho su atención! Palabra.

#9. Leer poemas en voz alta: la introducción a la poesía suele ser más fácil a través de la lectura. Este ejercicio consiste en elegir un poema y leerlo en voz alta (lo mejor es que lo haga la niña o el niño); una vez leído, tendremos que buscar qué nos sugiere y qué sentido creemos que tiene.

#10. Describir a una persona: quizá uno de los ejercicios más típicos en el colegio, pero… ¡vamos a darle la vuelta! Normalmente, las descripciones trabajan el físico, ¿verdad?; pues bien, vamos a pedirles que describan lo más importante de esa persona (su abuelo, una tía, un amigo…) atendiendo solo a tres características.






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