Llegó la Navidad
Tradiciones decembrinas
Un poco de lectura...
Te invitamos a leer usando la entonación adecuada y respetando los signos de puntuación, un precioso cuento navideño, para compartir en familia, sobre el nacimiento de Jesús en el Portal de Belén.
En una pequeña ciudad, había una sola tienda que vendía árboles de Navidad, allí se podían encontrar árboles de todos los tamaños, formas y colores. El dueño de la tienda, había organizado un concurso, para premiar al arbolito más bonito y mejor decorado del año y lo mejor de todo es que sería el mismo San Nicolás quien iba a entregar el premio el día de Navidad. Todos los niños de la ciudad, querían ser premiados por Santa y acudieron a la tienda a comprar su arbolito para decorarlo y poder concursar.
Por su parte, los arbolitos se emocionaban mucho al ver llegar a los niños. Cada uno de Los Arbolitos quería ser el elegido y les gritaban: '¡A mí... a mí... mírame a mí!' Cada vez que entraba un niño a la tienda era igual, los arbolitos comenzaban a esforzarse por llamar la atención y lograr ser escogidos.
'¡A mí que soy grande!', '¡no, no a mí que soy gordito!' o '¡a mí que soy de chocolate!' o '¡a mí que puedo hablar!'. Se oía en toda la tienda. Pasando los días, la tienda se fue quedando sin arbolitos y solo se escuchaba la voz de un arbolito que decía: 'A mí, a mí... que soy el más chiquito'.
A la tienda llegó, casi en vísperas de Navidad, una pareja muy elegante que quería comprar un arbolito.
El dueño de la tienda les informó que el único árbol de Navidad, que le quedaba era uno muy pequeñito. Sin importarles el tamaño, la pareja decidió llevárselo.
El arbolito pequeño se alegró mucho pues, al fin, alguien lo iba a poder decorar para Navidad y podría participar en el concurso.
Al llegar a la casa donde vivía la pareja, el arbolito se sorprendió: '¿Cómo siendo tan pequeño, podré lucir ante tanta belleza y majestuosidad?', se decía a sí mismo.
Una vez que la pareja entra a la casa, comenzaron a llamar a la hija: '¡Regina!... ven... ¡hija!... te tenemos una sorpresa'. El arbolito escuchó unas rápidas pisadas provenientes del piso de arriba.
Su corazoncito empezó a latir con fuerza, estaba dichoso de poder hacer feliz a una linda niñita.
Al bajar la niña, el pequeño arbolito, se impresionó de la reacción de esta:
- ¿Esto es mi arbolito? Yo quería un árbol grande, frondoso, enorme hasta el cielo para decorarlo con miles de luces y esferas. ¿Cómo voy a ganar el concurso con este arbolito enano? - dijo la niña entre llantos.
- Regina, era el único arbolito que quedaba en la tienda - le explicó su padre.
- ¡No lo quiero! Es horrendo... ¡no lo quiero!, - gritaba furiosa la niña.
Los padres, desilusionados, tomaron al pequeño arbolito y lo llevaron de regreso a la tienda. El arbolito estaba triste porque la niña no lo había querido pero tenía la esperanza de que alguien vendría por él y podrían decorarlo a tiempo para la Navidad. Unas horas más tarde, se escuchó que abrían la puerta de la tienda.
'¡A mí... a mí... que soy el más chiquito!', gritaba el arbolito lleno de felicidad. Era una pareja robusta, de grandes cachetes colorados y manos enormes, el señor de la tienda les informó que el único árbol navideño, que le quedaba era aquel pequeñito de la ventana, la pareja tomó al arbolito y sin darle importancia a lo del tamaño, se marchó con él.
Cuando llegaron a casa, el arbolito vio como salían a su encuentro dos niños gordos que gritaban: ¿Lo encontraste papi?... ¿Es cómo te lo pedimos mami? Al bajar los padres del coche, los niños se le fueron encima al pequeño arbolito.
¿Y que pasó después? Te invitamos a terminar la historia tu mismo...
A tomar en cuenta después de leer...
Si bien puedes dejar que tu hijo lea este cuento él solo, compartir la lectura en familia, es una gran idea, ya que ayuda a mantener un momento muy especial juntos, lo que afianzará el lazo que les une y creará preciosos recuerdos que ambos atesoraran con cariño en el futuro.
Sin embargo, la lectura compartida también tiene una relación directa con el desarrollo del lenguaje oral de los niños y niñas. Y, en el caso de los más pequeños, narrar juntos les invita a tener más ganas de aprender a leer y escribir para poder disfrutar ellos mismos de la lectura. Todos estos beneficios quedan detallados en el estudio publicado por las investigadoras de la Universidad de Deusto (País Vasco, España) Edurne Goikoetxea Iraola y Naroa Martínez Pereña que se titula 'LOS BENEFICIOS DE LA LECTURA COMPARTIDA DE LIBROS: BREVE REVISIÓN'.
Además, si lees este cuento navideño con tus hijos, puedes aprovechar para realizarle las siguientes preguntas de comprensión, basadas en el relato. De esta forma podrás saber si el niño estaba prestando atención mientras leía la historia.
1. ¿Qué hizo el dueño de la tienda de árboles de Navidad?
2. En la víspera de Navidad, ¿Quién llegó a la tienda para comprarse un arbolito?
3. ¿Qué reacción tuvo la hija de la pareja cuando vio al árbol pequeño?
4. ¿Qué te pareció la reacción de la niña?
5. ¿Cómo actuarías tú?
6. Tras llevarle de vuelta a la tienda, ¿alguien más se llevó el abeto a casa?
7. ¿Cuál sería el final de esta historia?
Otra actividad que contribuirá con la escritura correcta de las palabras y que ayuda a desarrollar el pensamiento sería que animes a tus hijos a que investigue en el diccionario todas las palabras cuyo significado no hayan entendido. Y, como ejercicio extra, pídele que piense en sinónimos y antónimos de las mismas:
- Frondoso
- Pequeño
- Felicidad
- Coche
Otra idea fenomenal es hacer juntos un escucho y escribo para afianzar la ortografía.
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